preguntas frecuentes
Las carillas dentales son carcasas delgadas hechas a medida que se adhieren a la superficie frontal de los dientes para mejorar su apariencia. Fabricadas con materiales del color de los dientes, como porcelana o resina compuesta, las carillas pueden abordar una variedad de problemas dentales cosméticos, que incluyen decoloración, astillas, grietas, espacios entre los dientes y desalineaciones menores. Proporcionan una solución de aspecto natural para mejorar la estética general de una sonrisa.
Con el cuidado adecuado, las carillas dentales pueden durar muchos años, normalmente entre 10 y 15 años o más. Mantener buenas prácticas de higiene bucal, como cepillarse los dientes dos veces al día, usar hilo dental con regularidad y programar controles dentales de rutina, puede ayudar a prolongar la vida útil de las carillas. Además, se recomienda evitar hábitos que puedan dañar las carillas, como morder objetos duros o utilizar los dientes como herramientas. Si bien las carillas son duraderas, es posible que sea necesario reemplazarlas con el tiempo debido al desgaste normal o cambios en la salud bucal.
Si bien las carillas dentales se consideran un tratamiento dental cosmético permanente, no son reversibles en el sentido de que se altera la estructura natural del diente para acomodarlas. Sin embargo, el procedimiento es mínimamente invasivo en comparación con otros tratamientos dentales cosméticos. El proceso generalmente implica una consulta inicial con un dentista para analizar los objetivos y expectativas del tratamiento. Durante el tratamiento, se elimina una pequeña cantidad de esmalte de la superficie frontal de los dientes para crear espacio para las carillas. Luego se toman impresiones de los dientes y se envían a un laboratorio dental, donde se fabrican carillas personalizadas. Una vez listas, las carillas se adhieren a los dientes mediante un adhesivo dental fuerte, lo que da como resultado una sonrisa transformada que se ve y se siente natural.